Hace años que Dan Simmons (Illinois, EE.UU., 1948) figura en todas las antologías de la ciencia ficción principalmente por las novelas de Hyperion, una larga y ambiciosa historia dividida en dos volúmenes donde parecía querer sintetizar todo un género y escribir la novela de ciencia ficción total. Un género el de la ciencia ficción donde se habla del futuro y de mundos remotos pero que en sus mejores momentos es un destilado del presente en el que nos cuentan cómo somos y cómo pensamos nosotros aquí y ahora; el presente que percibe el autor proyectado y amplificado aunque, en el caso que nos ocupa y una vez leías las casi 1500 páginas de las novelas sobre Hyperion, no supe si me habían tomado el pelo, si es que el autor era un ingenuo o si tal vez éste pensaba que lo era el lector.
Como buen profesor de literatura inglesa, introdujo mucha metaliteratura en Hyperion, e incluso incluía un relato en el que homenajeaba El largo adiós de Raymond Chandler. Por eso no es de extrañar que con los años escribiera una serie de novela negra estándar, sin mundos remotos, viajes por el tiempo ni máquinas inteligentes de la que Frío como el acero forma parte. Pero aunque la novela negra nunca ha tenido las pretensiones de la ciencia ficción y su ámbito de acción ha sido siempre más la moral que la metafísica, también ha exigido más verosimilitud que su compañera literaria y la trama de esta novela está demasiado sobrecargada de mafias, asesinos en serie, corrupción, traficantes e incluso agentes de la CIA. Le ha faltado meter al KGB y alguna mención al asesinato de Kennedy para cubrir con superficialidad todo el catálogo de lugares comunes del género mediante una trama que, por lo demás, tiene más fugas que el colador de la leche. Tan sólo el trasfondo ruinoso de la industria pesada de EE.UU. en la época actual de los Google y Apple aporta credibilidad e interés.
Si el autor quería escribir una serie de novelas alimenticias para pescar en los abundantes caladeros de lectores de la novela negra, probablemente haya tenido éxito. Si pretendía aportar algo al género negro, su fracaso es estrepitoso. Pero si dijera que el maestro de la ciencia ficción, Dan Simmons, ha escrito una novela flojilla no podría justificar por qué me convenció para que la leyese hasta el final. Es el misterio de los escritores con oficio, que consiguen a pesar de todo atraparte hasta el final de su novela.
——————– Ficha técnica: Frío como el acero (Factoría de ideas, 2012), de Dan Simmons. Título original: Hard as Nails (2003) Tapa blanda con solapas.318 páginas. Calificación: 2 Cadáveres (Entretenida)